lunes, 21 de enero de 2013

Y TODO COMENZÓ ASÍ

Desde pequeña he sentido una gran atracción hacia todo lo que tenga relación con lo de Medio Oriente, principalmente Egipto, desde las majestuosas pirámides, hasta la riquísima cultura que este país encierra.
Con respecto al baile, ha estado presente en mi alma, yo creo que desde mucho tiempo antes de mi nacimiento, absolutamente todas las danzas me gustan y quiero aprenderlas, pero si me preguntan por alguna en particular, digo sin pensarlo: “Danza Árabe”, se ha convertido en mi aire, absolutamente necesaria para seguir viviendo.
Cuando estaba en el colegio, en cualquier actividad que implicara baile yo estaba entre las primeras inscritas, si había que organizar, ahí estaba yo, hacer o imitar coreografías estaba mi nombre aunque tuviera que trabajar duro para lograrlo, creo que eso le daba un condimento especial.
La primera vez que bailé Danza Árabe, tenía apenas siete años, estaba feliz, mi mamá me hizo el traje, ella siempre me apoyó en todo lo que se me ocurría. Cuando bordeaba los 18 comencé a instruirme con DVDs de distintas bailarinas, practicaba en casa, cuando nadie me estaba viendo. A los 19 bailé nuevamente este estilo, con un traje también confeccionado por mi madre, quien por lo demás es tremendamente talentosa para eso de las costuras, muy creativa y profesional. A los 21 años fui madre y me dediqué a eso, pasó el tiempo y tuve la bendición de ser madre nuevamente a los 24 años, luego de ese embarazo, comencé con depresión y como por arte de magia se abrió un taller pequeñito de Danza Árabe en el barrio donde vivía, allí comencé a asistir dos veces por semana, la profesora me ayudó a poner nombre a distintos pasos que yo había aprendido por imitación, y por supuesto me enseñó varias cosas más. Como a los seis meses de clases me di cuenta de que bailar era mi vocación, en ese curso estuve aproximadamente dos años y medio y me retiré por varios motivos, pero el más importante fue mi ambición por llegar más alto, el problema era lo económico.
Trabajé de secretaria como diez  meses, me sentía apresada allí. Un día recibí un llamado totalmente inesperado, me ofrecían ser profesora de Danza Árabe, mi primera reacción fue negarme, no me sentía capacitada para  hacerlo, así que me ofrecí a buscar a alguna interesada. Cuando llegué a casa y le conté a mi esposo lo que había pasado, se rió y me dijo que tenía que llamar a la persona y decirle que aceptaba el trabajo, así lo hice. Las primeras clases fueron de un  estrés terrible para mi, sentía que me estaban evaluando cada cosa que hacía, creía que no cumplía con las expectativas de mis alumnas, yo llevaba tan poco en esto y no tenía estudios serios en academias, pero con el tiempo me fui dando cuenta de que mis niñas estaban contentas conmigo, al igual que la dueña de la academia, eso era algo inesperado realmente, se formó una familia hermosa, y ya llevamos dos años bailando todas juntas, cada gala es superior a la anterior y mis alumnas no paran de avanzar.
Nunca tuve la opción de estudiar danza en academias por el tema económico, pero como Dios siempre está con los soñadores, y gracias a que tengo un esposo maravilloso, quien me apoya en todas mis locuras, llevo un año estudiando en la mejor academia de mi país, con la mejor maestra que podría haber imaginado y he conocido a gente maravillosa.
Bailo con el alma, siento en lo más profundo de mi ser la música y los movimientos, soy feliz en un escenario y en un estudio de danza, amo enseñar, amo a mis alumnas, amo aprender y bailar. Estos días he pensado mucho en el por qué no estudié esto cuando salí del colegio, tengo una historia de vida completamente ligada a la danza, y nunca lo vi como una profesión, este tema da para mucho tiempo de análisis, puedo culpar a la sociedad, a la poca cultura artística existente en familias como la mía, pero de verdad creo que fue Dios quien lo quiso así, según yo ya estaba muy vieja cuando comencé a vivir este milagro de la danza, según Dios, era el momento justo, era mi momento, y lo seguirá siendo hasta que Él me siga dando salud para continuar, lo que espero que sea muchísimo tiempo más.
No hay sueños imposibles, hay sueños que requieren tiempo y trabajo, cuando amamos lo que hacemos, entregamos lo mejor de nosotros mismos, si el mundo nos critica, el tiempo nos dará la razón. Hay que vivir, debemos entregarnos por completo cuando amamos algo, no existe en el mundo algo que se pueda comparar con la satisfacción de cumplir nuestras misiones con amor, podemos empezar cuando queramos, hay que atreverse, confiar y trabajar, hay que amar…

Dedicado a mis alumnas y a mi esposo. 
Con amor Badia Izdihaar.

2 comentarios:

  1. Hermosa historia, realmente ud mi querida profe es mi ejemplo a seguir, ud nos enseña que con esfuerzo todo se puede conseguir, no hay cosa que no se pueda lograr que con constancia y perseverancia todo se logra... grandeee mi profee,ud es una persona maravillosa que vale mucho muchoo...
    La quiero muchoo, un abrazo enorme,la adoroo :)

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    1. Hermosa mi niña, no había visto tu comentario, son ustedes las que me hacen seguir con fuerza y amor cada día, me dan la valentía, el entusiasmo y la esperanza, las adoro, muchas gracias por tus palabras queridísima Javi, un abrazo.

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